Xico, está ubicado al sur de México, en el estado de Veracruz, muy cerca de Jalapa. Rodeado por plantaciones de café, caídas de agua y vegetación abundante es delicia de la naturaleza. El clima durante gran parte del año oscila entre los 10 y 19 grados centígrados, en las mañanas despierta con un olor a humedad, a café de grano. Las tardes son interrumpidas por algún motor de automóvil, charlas cotidianas y oscurece matizado por el silencio de provincia.
El nombre original de Xico es Xicochimalco, cuya etimología es Totonaca y significa Escudo de Abeja. Fue fundado en el siglo IX antes de Cristo. Con el paso de los años fue habitado por culturas precortesianas como la Azteca, Tolteca y Teochimeca. Tras la conquista, en el año 1601, las autoridades españolas decidieron cambiar de ubicación al pueblo para comenzar la evangelización y cobrar tributo por las tierras, recibiendo el nombre de Santa María Magdalena Xicochimalco. Durante el gobierno de Porfirio Díaz se suprimió el nombre a Xico según el Decreto 47 del 29 de noviembre de 1892, elevándolo al rango de Villa.
Donde antes estaba Xicochimalco ahora se conoce como Xico Viejo, está a una hora de Xico por un camino en ascenso de piedras, voladeros y barrancas que dan una vista de acuarela. Casi todo el día hay neblina, el frío de montaña cala en los huesos.
Los días relevantes de la fiesta son del 18 al 22 de julio, todo se transforma. El verde y la mora -licores típicos (de sabor dulce) de Xico- abundan en la calle. Se hacen tapetes de aserrín pintado, procesiones, queman cohetes, sueltan toros por las calles (Xiqueñada), bailan cencerreros y culmina con una corrida de toros. Todo se lleva a cabo en la calle Hidalgo, sus más de 10 cuadras son vestidas con los tapetes. Los xiqueños también fabrican unas estructuras de madera con explosivos que llaman toritos, son adornados de colores y reciben un nombre, ya sea de la congregación o barrio.